Rasputín, conocido con el apodo de el Monje Loco (aunque de monje tenía poco, ya que le gustaba participar en orgias y se acostó con buena parte de la nobleza rusa), es una de las figuras más enigmáticas de la Historia. Un monje visionario, un profeta, un sanador místico, un brujo, y otros calificativos similares que tanto nos fascinan. Su puesto como consejero del Zar de Rusia, contribuyó a la caída de los zares.
¿Es cierto que predijo su propia muerte, así como la llegada del Comunismo, la caída de la Iglesia en Rusia, e incluso la contaminación y la fecundación in-vitro? ¿Era, como dice la leyenda, inmune al cianuro? ¿Qué hay de verdad en los rumores sobre la longitud de su pene, que supuestamente se conserva en formol en un museo erótico de Rusia?
El ser humano es el único animal capaz de ver más allá de lo que ven nuestros ojos, y creer en cosas que solo son posibles mediante la fe. Algunos lo ven como una debilidad. Otros, como el motor que ha hecho de la Humanidad lo que somos ahora. A fin de cuentas la mayoría de los cambios culturales, económicos y sociológicos los han provocado las religiones y los dioses. Rasputín fascinaba porque era, al mismo tiempo, un monje místico y un pecador. Abrazaba la religión pero llevaba a cabo curaciones milagrosas que nadie podía explicar. ¿Quién fue Rasputín? Vamos a descubrir las curiosidades y profecías más interesantes.
El monje y las orgías
En 1887 Rasputín se casó con Praskovia Fiódorovna Dubrovina, con la que tuvo cinco hijos, aunque dos murieron a edad muy temprana.
Apenas cinco años después lo abandonó todo, e ingresó en un monasterio. Las malas lenguas dicen que estaba involucrado en la muerte de un niño, pero no se ha podido demostrar.
Poco después Rasputín ingresó en una secta cristiana prohibida por la Iglesia Ortodoxa llamada los Flagelantes, en donde creían que la Fe se alcanzaba con el dolor. Organizaban orgías, y Rasputín era uno de sus más fieles participantes. Ahí nació la leyenda sexual que afirma que se acostó con buena parte de la nobleza rusa, y su miembro excesivamente desarrollado se hizo famoso en el país. Hoy se expone conservado en formol en un museo erótico de Rusia, pero la historia es demasiado absurda para tomarla en serio: al morir le cortaron los atributos sexuales, una criada los cogió, y tras pasar por varias nobles rusas y un anticuario, acabaron en un museo erótico.
A Rasputín se le atribuye la frase: "Como más grandes sean los pecados más le satisface a Dios perdonarlos", que usaba tras alguna de sus orgías.
Pero todo cambió cuando conoció a un ermitaño que le ayudó a dejar la bebida y a no comer carne. Rasputín regresó a casa transformado en un monje místico, que iba a convertirse en el principal consejero del Zar de Rusia.
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