Guía para iniciarte en la meditación sin perder los nervios


Para practicar mindfulness no tienes que perderte en un lugar exótico. Puedes hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar

El mindfulness, atención consciente o atención plena, es una práctica que se basa en tomar conciencia de las facetas de nuestra experiencia vital en el momento presente. Así, invita a trabajar la capacidad de estar concentrado en una actividad determinada sin que otros pensamientos nos asalten, aportando a la mente más tranquilidad y mayor capacidad para disfrutar de la vida. Los expertos aseguran que la práctica de 10 minutos de mindfulness al día permite mejorar la concentración, aumentar la autoconciencia, desarrollar la inteligencia emocional y aliviar los síntomas de depresión y ansiedad. «Es un arma poderosa que llevas dentro de ti, pero que en el día a día se contamina o distorsiona con multitud de pensamientos», explica Belén Colomina, psicóloga, instructora de mindfulness y asesora de la app de meditación Petit Bambou. Precisamente una de las herramientas para convertir el mindfulness en una filosofía de vida es la meditación, una actividad intelectual que busca lograr una atención personalizada (en la respiración, en un sentimiento, en un pensamiento...) para liberar la mente de los pensamientos nocivos.


Vivir en el momento presente

Para iniciarse en la meditación, la experta propone convertir esos pensamientos, sentimientos y sensaciones en pompas de jabón: «Podemos percibirlos, observarlos uno a uno y dejar que se disuelvan sin aferrarnos a ellos». Así, la experta asegura que aunque no puedas elegir lo que pase en tu vida, sí que puedes elegir lo que haces con lo que te sucede. «Las olas del mar siempre van a estar ahí, pero puedes aprender a surfearlas», argumenta.

Otro de los aspectos que hay que cuidar es la postura del cuerpo: «Debemos mantener la espalda recta, pero no rígida. Si meditamos en una silla podemos apoyar nuestras manos sobre los muslos. Si nos tumbamos, lo haremos boca arriba y con las palmas de las manos hacia arriba. Otra opción puede ser colocarnos en posición de flor de loto, igualmente con las palmas de las manos hacia arriba. En todas ellas pondremos atención en la espalda para permitir que fluya correctamente la respiración», aconseja la instructora de mindfulness.


(Fuente: ABC)

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